Con el objetivo de controlar la entrada de refugiados en tierras europeas, la Comisión Europea plantea crear una fuerza policial que se ocupe de este tipo de competencias, con criterios comunes y con el fin de supervisar el cruce de las fronteras.
Hasta ahora, este tipo de poder correspondía a cada uno de los países que estaban implicados. No obstante, el nuevo proyecto supondría otorgarle a Bruselas la capacidad de dirigir estas fuerzas a pesar de la oposición de cualquier estado, a lo cual objetan la mayoría de países europeos.
En un principio, estaría compuesto de policías costeros que cumplirían con la orden de suplir las deficiencias de seguridad que han ocurrido durante esta crisis migratoria. Sin embargo, más adelante podría constituirse como una fuerza permanente.
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