Hace cuatro años que comenzó la guerra siria, y desde entonces la cifra de refugiados solo ha hecho que ir en aumento. Tan solo en este mes de octubre de 2015, Europa ha recibido tantos como en todo 2014, cerca de 219.000, la mayoría de los cuales llegan a las costas griegas e italianas.
Estas personas llegan en condiciones lamentables: embarcaciones sobrecargadas, la mayoría de ocasiones sin siquiera chaleco salvavidas, producto de las mafias a las que recurren para venir hasta Europa, hasta la seguridad que ofrece.
Si llegar es difícil (pues ya sabemos que los naufragios son una realidad común cuando las cochambrosas barcazas tratan de cruzar el Mediterráneo), es aún más complicado una vez se encuentran aquí. Y es que Europa no se lo está poniendo fácil. Los países del este, saturados por la continua venida de refugiados, han decidido aumentar sus controles policiales en los campos de refugiados y construir concertinas para evitar que tal cantidad de personas entren en el país. Los refugiados, por tanto, quedan hacinados en campamentos donde reciben escasa agua y comida, y donde las enfermedades y el frío del invierno van extendiéndose poco a poco sobre la población, mientras va entrando por goteo en Europa.
Entretanto, Europa se ve partida en dos: aquellos países como Hungría, Eslovenia o Croacia que, saturados por la constante llegada de refugiados, han decidido cerrar sus fronte
ras, y aquellos otros países que se dedican a discutir sobre cuál es la mejor forma de repartir los refugiados, de los cuales solo unas pocas familias han conseguido el asilo.
No obstante, este reparto de refugiados va a ser cada vez más difícil ahora que Merkel trata de pactar con sus aliados el partido bávaro (CSU), donde más refugiados llegan desde Austria y que no esta interesado en acogerlos, y el socialdemócrata (SPD), que está a favor de una entrada ordenada de estos en Alemania. La coalición todavía no ha tenido lugar, pero la canciller, aunque se ha negado a cerrar las fronteras como decía el partido CSU, se ha mostrado de acuerdo con su propuesta de crear más "zonas de tránsito" donde los refugiados permanezcan hasta que se revisen sus peticiones de asilo. No obstante, el SPD, cuyo apoyo necesita para aprobar cualquier medida, se niega a secundar tal decisión, pues piensa que se convertirán en "enormes zonas de detención en tierra de nadie".
Y mientras tanto, siguen llegando más refugiados por el Mediterráneo...